Las mujeres europeas comparten un problema común: la desigualdad en el reparto de tareas en sus casas y la imposibilidad, por tanto, de conciliar vida y trabajo. Una situación que agrava aún más su situación laboral, dado que son también el colectivo que menos cobra. En este sentido, según daba a conocer el síndicato UGT, las mujeres cobran un 23,25% menos que los hombres (equiposytalento 31/10/17)